"La obra de Arte más bella del mundo: el Mahesh Murti de Elephanta. Es la única obra que ha sido hecha desde la meditación." Krishnamurti,Tradición y Revolución.

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¿Quieres ser feliz? Sé generoso. Dale crédito a las buenas cualidades de los demás, a las virtudes de los demás, a la bondad de los demás... vuélvete totalmente generoso si quieres ser feliz. ≈ Gurumayi Chidvilasananda

jueves, septiembre 13, 2007

Navidad: Un acontecimiento bendito


En esta noche hermosa, noche de adoración,

en nuestras almas reboza profunda devoción.

En un pesebre humilde, brilla la estrella de paz,

gloria a Dios en el cielo, es para Cristo el honor.

Noche de paz, bella noche de amor,

la navidad de Jesús redentor.

¡Que alegría perfecta, que noche de adoración!

Cristo en Belén ha nacido para nuestra redención”.

Himno




La navidad es el acontecimiento bendito para la cristiandad y millones de corazones nos sentimos renovados en estos días. Los cristianos celebramos la buena nueva: el nacimiento del amor de Dios entre nosotros; que Dios se hizo hombre para redimir al mundo de sus pecados. Celebramos el amor de Dios y su misericordia. Con su vida y sus enseñanzas Jesús reveló a la humanidad el reino de Dios. Ofreció su propia vida para elevar y enaltecer el corazón humano. La llegada de esta gran alma al mundo fue un acontecimiento bendito que ha transformando la vida de millones de seres aún después de su muerte.


Sus palabras son consideradas como la voluntad de Dios para nosotros. Nos recordó el propósito divino de nuestras vidas y nos mostró el camino para alcanzarlo. Así, su llegada abrió la puerta del cielo para la humanidad y conectó al ser humano con su origen y su meta: Dios. Sus palabras nos impulsan a crecer y elevar nuestras vidas a pesar de las circunstancias y sufrimientos que podamos estar experimentando; nos invitan a confiar en el poder de su luz y amor. Pide y te será dado, toca y se te abrirá, afirmó.


“Yo, que soy la luz, he venido al mundo”.


Jesús fue el Maestro de la dicha de Dios, otorgador de felicidad continua y personificación del conocimiento y el amor; por eso fue la encarnación de Dios mismo. “No bajé de los cielos para hacer mi propia voluntad, sino la de Aquel que me envió”, afirmó. Así queda expresada su misión, su sabiduría y su enseñanza. Para él, la elección de Dios fue la única posible, pues Dios es el amor perfecto, la verdad, la libertad suprema, la dicha y la vida eterna. Jesús nos enseña que sólo el camino que nos permita regresar a Dios será la via para experimentar la verdadera felicidad que el ser humano anhela.


Una enseñanza fundamental que nos dejó es: “Amarás a Dios por sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo”. Por eso la Nochebuena y la jornada de la Natividad son consideradas en el mundo cristiano días de celebración, de devoción y reconciliación con el prójimo. Así los rituales religiosos, el arbolito, las luces, Papá Noel, los Reyes Magos, los regalos, las tarjetas, las velas, la cena de Navidad y la reunión familiar; nos invitan a abrir nuestro corazón a Dios, al amor, a la unión, a vivir sus enseñanzas, porque al hacerlo nuestra vida y estado interior serán transformados.


Otra de sus grandes enseñanzas, que tiene un gran significado para mí, es: “El reino de Dios se encuentra en vuestro interior”. Y una de las formas en que experimento a Dios dentro de mí en la Navidad es a través del entusiasmo. En griego enthusiasmos. La sílaba en significa: “dentro, o en posesión de”; y theos significa: “Dios”. Así que entusiasmo significa “llevar a Dios dentro” o “poseedor del Señor interior”. Cuando experimentamos entusiasmo, amor, dicha, paz, expansión o libertad, estamos experimentando la luz de Dios dentro de nosotros, una energía divina, una gracia extraordinaria.


Desde mi niñez, la celebración del nacimiento de Jesucristo me ha producido un gran entusiasmo y una experiencia más clara y elevada de conexión interior con Dios. He tenido la bendición de disfrutar a lo largo de mi vida de muchas navidades venturosas, en las que he sentido que la vida en el mundo se renueva, que mi propia vida experimenta un cambio. Han sido momentos en las que he experimentado una expansión de mi espíritu, una conexión interior con algo elevado. En esos momentos me he llenado de alegría, entusiasmo, amor, esperanza y gratitud. Considero que lo que ha contribuido a que esto sea así es debido a tres factores:


· Que pertenecí a diferentes comunidades cristianas que me permitieron escuchar las enseñanzas de Jesús. Allí tuve la oportunidad de reunirnos la comunidad religiosa para hacer prácticas espirituales esos días: cantar bellos himnos devocionales (como el que comparto al inicio del artículo); orar para conectarme con Dios, para agradecer, perdonar o pedir por los demás, piñatas, juegos, elegría. Fue para mi una bendición conocer estos caminos que me permitieron conocer estas prácticas que me daban una experiencia del amor y la alegría y la devoción.


  • La atmósfera navideña. Creo que al recordar el nacimiento de esta gran alma, en millones de seres humanos se despierta la conciencia de lo divino, del amor y una conexión más clara con la luz de Dios se establece en el interior de las personas. Nuestros corazones se renuevan. Millones de seres conectados con una misma intención crea en el mundo una atmósfera de calidez, unión y buenos deseos. El ambiente nos invita a abrirnos, a ser mejores, a renovarnos, a dar, a ser generosos, a perdonar, a estar unidos. En esos días nuestras intenciones se purifican y nuestra actitud se eleva.

  • La contribución de mi propia familia para crear entre todos una atmósfera de alegría, generosidad, unión y fiesta también fue fundamental para experimentar estos estados de renovación, unión y entusiasmo. Así la navidad ha sido un acontecimiento bendito para mí y mi familia en muchos sentidos.

Recuerdo que desde niña me gustaban mucho estos días navideños; los esperaba con gran entusiasmo. Imaginaba que ese día todas las familias estaban unidas y felices, llenas de amor, renovadas, con buenos y nuevos propósitos, como yo me sentía. Deseaba que todos fueran felices. Creía que el universo estaba feliz e involucrado en la celebración de este día. Me llenaba de asombro y entusiasmo observar la luna y las tres estrellas que me habían contado que eran los 3 Reyes Magos; que la luna me cuidaba, que su halo era bendito, era algo mágico.


También me encantaba asomarme a las casas para ver el árbol de navidad y pensaba que eran todos felices por estar juntos, que la luz de Dios, de su amor y misericordia se encontraba en esos hogares que celebraban con entusiasmo las fiestas navideñas y los corazones sanaban sus heridas. Sin embargo, también experimentaba una especie de nostalgia, me sentía conmovida, frágil, como si las corazas de las defensas se disolvieran y necesitara el soporte del amor, el respeto y la alegría.


Sé que no todos los seres humanos viven la navidad con alegría; estas fiestas también significan tristezas, nostalgias, separaciones, desacuerdos y carencias materiales o afectivas en muchos hogares. Mi niñez estuvo también llena de carencias emocionales y materiales, sin embargo, el mensaje de Jesús y la generosidad y compasión de mucha gente fue un soporte fundamental para mí y mi familia en los momentos de mayor carencia, desconcierto e incertidumbre. Por el apoyo, el amor y la compasión que muchas personas nos ofrecieron, tuvimos la experiencia del nacimiento de Jesús entre nosotros.


Aún considero que el nacimiento de Jesús, sus enseñanzas y el ambiente navideño sigue siendo un tiempo propicio para una renovación interior, que nos permite experimentar la presencia de Dios en nuestras vidas. Sé que el mensaje de Jesucristo se hace vida en el amor la generosidad y compasión que mucha gente ofrece a los demás en estos días. Que ese amor y esa generosidad permite a millones de personas celebrar con alegría y entusiasmo el nacimiento de Jesús.


Te deseo que esta navidad, sea una noche hermosa, de adoración, que tu alma reboce profunda devoción, que sea una noche de amor y de paz en que ofrezcas y recibas el amor de Dios.



miércoles, septiembre 12, 2007

¡Ay Amor! Ya no me quieras tanto


EL AMOR FATUO

Una de las relaciones más hermosas, espiritualmente importante y con un gran potencial para generar crecimiento, es la que se establece entre un hombre y una mujer. Sin embargo, como sabemos por experiencia, también representa un gran desafío.

De hecho, una de las formas más poderosas en las que evitamos el crecimiento, la responsabilidad y el esfuerzo que implica el verdadero amor, el genuino y fructífero encuentro con otro ser humano, es perdiéndonos en interminables relaciones dramáticas, abusivas, adictivas y fantasiosas; que poco tienen que ver con la experiencia del amor, sino más bien con la necesidad, la carencia, la ignorancia y nuestras tendencias destructivas. Repetimos los mismos patrones degradantes y absurdos una y otra vez, las cuales nos llevan a experimentar gran dolor emocional y nos alejan cada vez más de la dicha, la paz y expansión del verdadero amor.

Este es el caso del amor fatuo o infatuación del cual hablaremos hoy, que parece ser amor, pero solo es un remedo empalagoso, tiene un disfraz de cuento de hadas que “casi” pasa por perfecto. Para entender este fenómeno emocional, es necesario que entendamos dos cosas, la dificultad de la vida de pareja y qué es el mecanismo de defensa de la proyección.

¿POR QUÉ SON DIFÍCILES LAS RELACIONES DE PAREJA?

Existen diferentes causas, una de ellas es que en las relaciones de intimidad se afectan y se activan los problemas más profundos vinculados a nuestra personalidad y a nuestro pasado, pero que aún están sin resolverse internamente. En las relaciones de pareja podemos reproducir el tipo de relación y conflictos que tuvimos en nuestra infancia, con nuestros propios padres o que ellos a su vez, tuvieron en su relación de pareja. A través de los padres aprendimos lo que una relación de pareja puede o debe ser y tendemos a repetir lo aprendido, cuando no trabajamos en nosotros mismos para no repetir la historia. De esta manera, la relación de pareja nos pone frente al espejo.

También la relación de pareja demanda nuestras mejores virtudes y valores para poderla sostener en el tiempo, el amor, en cualquiera de sus formas, pone a prueba nuestra personalidad completa. El amor verdadero apela a la expansión de la propia libertad, a una transformación interior; el amor nos transforma, pule y eleva nuestra conciencia, a condición que seamos dóciles a su sabiduría.

LA PROYECCIÓN

Consiste en atribuir a los demás, impulsos propios considerados indeseables o desaprobados por uno mismo a otros objetos o personas. Se apoya en un deficiente auto-conocimiento, en el temor a ser rechazado y se evita la responsabilidad que implica ser lo que se realmente somos y experimentamos interiormente. Es un rechazo a sentimientos, ideas, deseos, impulsos propios. A nuestras luces o sombras, cualidades o defectos. Puede manifestarse en dos formas:

· Al ignorar o negar nuestros rasgos negativos, podemos optar por proyectarlos, o verlos en nuestros semejantes, en especial en la pareja, hijos o personas cercanas. Les vemos a ellos las características o defectos negados. Así puedo convertir a mi pareja en el bote de basura en el cual arrojo todo lo que no me gusta de mi mismo. Por ejemplo, si yo no me amo, culpo a mi pareja de no amarme; si yo no me respeto, culpo a mi pareja de no respetarme, si en el fondo me considero poco inteligente, veo como estúpido a mi pareja etc.

· Proyectar en los demás o en la pareja mi propio potencial luminoso, el propio potencial de cualidades positivas pero que no he activado y me son desconocidas o ya las tengo pero no las reconozco, las niego, minimizo o menosprecio. Idealizo a la pareja y me descalifico yo. Tomo en la relación una postura pasiva, de espectador y especialmente admirador. De este enfoque se desprende el amor fatuo.

EL AMOR FATUO

Fatuo viene de la raíz latina que significa “tonto”. Es cuando proyecto inconscientemente en otro ser humano cualidades que yo admiro o deseo tener pero que esa persona realmente no tiene. Dado que no lo conozco realmente y no me interesa hacerlo, le pego arbitrariamente mis propios deseos insatisfechos. Esto me lleva a idealizarlo, lo convierto en un “príncipe azul” o “princesa rosa”.

Así, en mi imaginación, la pareja es un caudal de virtudes y cualidades positivas que son irreales y me considero a mis mismo deficiente y precario que necesita como al aire a “ese angel de luz” para vivir, para por fin ser alguien importante por solo estar a su lado.

Al idealizarlo lo transformo en el objeto de mi admiración, deseo, apego y dependencia, pero también de mis expectativas. Conquistarlo, complacerlo y ajustarlo a mi fantasía se vuelve el objetivo de mi vida. Es un ensueño eufórico, lleno de apego y irrealidad. Imagino que la relación con esa persona “ideal”, es lo que hace que mi vida valga la pena, la necesito para ser feliz.

Esta fantasía es infantil pues carece del soporte de la realidad. Puede durar unos instantes o años y puede darse en cualquier relación: romántica, de amistad, con líderes, políticos, figuras públicas, padres-hijos y hasta en regímenes políticos.

El verdadero amor se basa en el conocimiento y valoración de lo que el otro es realmente. Por ello la infatuación no es verdadero amor, es un mal remedo.

Es un impulso egocéntrico, una proyección de mis deseos y necesidades insatisfechas. Hago depositaria a la persona “amada” de mis deseos y fantasías y me importa poco si no coincide con la realidad del otro; me basta con yo creerlo y desearlo. Es una falta de respeto al verdadero ser del otro y una negación de mi mismo; por eso es un enemigo del amor. El verdadero amor es sabio y luminoso, no torpe, miope, infantil, evasivo y manipulador como lo es la proyección.

En realidad se trata de un enemigo interior que mi impide conocerme y aceptarme y relacionarme con amor genuino. Es necesario trascender esta tendencia para estar preparado para el verdadero amor, el cual nos permite ver al otro como verdaderamente es y así amarlo. Necesito primero conocerme, amarme y valorarme a mi mismo para ser capaz de ofrecer este amor y valoración a los demás. Necesito responsabilizarme de mi propio crecimiento y necesidades insatisfechas para no usar a los demás como evasión.

Este tipo de relaciones se basan en nuestras sombras y deficiencias de carácter y heridas emocionales del pasado que no queremos enfrentar y resolver; tales como el miedo a la vida, al crecimiento, a la responsabilidad y despiertan en nosotros sentimientos tales como: desconfianza, necesidad de controlar al otro, lucha de poder, sometimiento, dependencia, resentimientos y violencia.

Estos estados nos impiden conocer y nutrirnos del verdadero amor y quedamos atrapados en sucedáneos, en remedos y caricaturas de él. Así fantaseamos que con cambiar de pareja es suficiente, sin embargo, como no cambia mi entendimiento ni hay crecimiento personal, cambio de pareja y se vuelve el mismo infierno pero con diferentes diablos.

AGRESIVIDAD ENMASCARADA EN LA INFATUACIÓN

Es una auto-agresión porque al evadir o negar mis necesidades más profundas no me atrevo a comprometerme con mi propio crecimiento real y vivo de fantasías y placebos. Si esa persona está conmigo creo que ya no necesito crecer, ni acometer mis verdaderos desafíos, ni enfrentar mi propia confusión, dolor y vacío interior. Conquistar a esa persona, que mi vida gire el rededor de ella, se vuelve un buen anestésico para la angustia existencial, surgida de mi no crecimiento.

SOLUCIÓN

En una verdadera recuperación deben darse dos procesos:

· Descubrir, cultivar y experimentar en nosotros mismos las cualidades que veíamos y admirábamos en el otro.

· Ver al otro como realmente es. Respetar y valorar en sus verdaderas cualidades y necesidades y comprender sus limitaciones sin aversión.

Hasta que no descubramos lo que esconden estos dramas, nuestra vidas estará llena de decepciones y frustraciones continuas. Fantaseando que con este tipo de ilusiones se llenarán las necesidades infantiles insatisfechas que deben ser atendidas personalmente con ayuda, valentía y responsabilidad.




Educación



“Dios, dame la serenidad

para aceptar las cosas que no puedo cambiar,

valor para cambiar lo que sí puedo

y sabiduría para captar la diferencia”


Te has preguntado alguna vez si la historia nos determina o nosotros determinamos la historia? Preguntas que requieren respuestas más profundas pero vale la pena que te detengas un momento a pensar en ellas. ¿La historia de tu país conformó a la persona que hoy eres, o lo que tú eres contribuyó a la historia global de tu país? ¿Cuál es tu contribución a la situación que vives y has vivido? Asumir responsabilidad personal, darte cuenta de tu propia contribución personal a la situación que vives, es asumir y reconocer tu poder para hacer cambios en ti y en tu entorno, para crear la vida que anhelas.

Personalmente me parece que la historia se hace con los ingredientes que cada persona aporta a la vida de su país o el mundo con su propia vida y conducta, creencias y actitudes. La historia no nos sucede, la creamos todos y luego la sufrimos o disfrutamos.

Dado que nosotros elegimos las ideas a las que nos adherimos, en gran medida también decidimos las influencias a las que sucumbimos, y en función de nuestras ideas percibimos el mundo, tenemos una opinión sobre nosotros mismos y de nuestro potencial. Nuestras ideas o forma de pensar determina nuestras decisiones y define nuestra capacidad y habilidad para relacionamos con los demás.

TOMA UNA DECISIÓN, DEFÍNETE

Nuestra libertad, circunstancias y mentalidad nos permiten definir el camino que ha de seguir nuestra vida. Hay situaciones que solo podemos aprender a aceptar, a fluir con lo inevitable, pero existen otras, muy importantes, que podemos cambiar y es fundamental distinguir unas de las otras, para saber hacia dónde encausar nuestros esfuerzos con habilidad y firmeza. Por ejemplo, tu raza, tu historia, a los demás, es absurdo e inútil tratar de cambiar, dado que no tenemos ese poder. Pero sí podemos trabajar nosotros mismos, en nuestro presente, cambiar y ampliar nuestra mentalidad y posibilidades de desarrollo, y con ello influir y apoyar a los demás. Para ello es necesario buscar orientación en la sabiduría y desarrollar las cualidades que nos permitan ser felices.

Para crear tu proyecto de vida personal primero tendrás que plantearte si únicamente quieres sobrevivir y tener para comer, para lo cual, seguramente con lo que sabes será suficiente para lograrlo. Pero si deseas una vida más plena, más feliz, con mejores oportunidades de trabajo, de desarrollo, de participación e influencia en las decisiones del país; debes decidir si quieres ser el protagonista de tu propia vida o solo el observador sufriente de tu desgracia y limitación. No se crece por casualidad, evolucionamos por decisión. Es necesario que tomes tu propia decisión y definas qué quieres, luego, será indispensable asumir los riesgos y pagar los costos que implican la superación: metas claras, esfuerzo, constancia, confianza y apoyo.

NECESIDAD DE LA EDUCACIÓN

La educación tiene como finalidad transmitir los mejores legados de la cultura de una civilización de una generación a otra. La educación debe permitir a las personas obtener lo mejor que ofrece la civilización a la que pertenece, capacitar a hombres y mujeres a aprender las lecciones que ha de darles la vida, ampliar sus horizontes y desarrollar sus mejores cualidades. No solo aumentar y número y variedad de objetos y comodidades que produce.

La educación es necesaria porque el ser el ser humano tiene un gran potencial, superior a los animales, por eso su infancia es la más larga. El desarrollo de su cerebro es más complejo y tiene capacidades superiores que le permiten un alto desarrollo y evolución cuando recibe una educación o formación de calidad. Por su parte, los animales, debido a su instinto, entran rápidamente en contacto y posesión de sus capacidades para sobrevivir y reproducirse, que es su única finalidad y esto lo aprenden imitando a sus padres. Como su finalidad no es la evolución, pues no tienen esas capacidades, no requieren aprendizajes complejos, ni circunstancias favorables, ni apoyo institucional.

En cambio, el ser humano necesita aprender los modos y costumbres de la civilización, las técnicas, el uso de las herramientas. Esto requiere el uso del lenguaje, aprender el arte de la palabra; el arte de la convivencia, que justamente por ser arte debe aprenderse de alguien, no son impulsos instintivos. Una parte de esta formación la ofrece la familia en el seno del hogar, pero otra es indispensable que se reciba de instituciones especializadas: la escuela.

LOS COSTOS DE LA IGNORANCIA

La ignorancia, es la falta de discernimiento entre lo que debemos alcanzar o evitar para alcanzar la felicidad y evitar el sufrimiento. La ignorancia nos impide conectarnos con la realidad interna y externa en forma consciente y hábil. Nos impide desarrollar nuestras mejores cualidades y actuamos entonces por hábitos, costumbres y creencias imitantes. Nos lleva a tomar decisiones que causen nuestro propio daño y sufrimiento, con sus consecuencias inmediatas o de largo plazo.

· MANIPULACIÓN Y EXPLOTACIÓN

Desde la ignorancia podemos servir a propósitos ajenos a nosotros sin darnos cuenta, no nos percatamos claramente cuando se nos está usando para fines ajenos a nuestros valores y necesidades, entonces somos fácilmente manipulables, se nos usa; se explota y aprovecha nuestra mano de obra, nuestro voto, se nos trata como masa y podemos conducirnos como masa sujeta al dominio de otros, como por ejemplo el lamentable caso de California, nosotros mismos damos nuestro voto a quien decidirá en nuestra contra, solo por que sale como héroe en las películas.

La comunidad latina, dado que vive en una clandestinidad solapada, se le usurpan derechos, y es débil como grupo pues no se atreven a organizarse para hacer frente común a los problemas de los aquejan. Por ello pueden ser fácilmente amedrentados, abusados y manipulados desde el poder y los medios de comunicación. Por miedo e ignorancia nos convertimos en marionetas sufrientes y pasivas.

· DISCRIMINACIÓN

Estando en un país ajeno, en una cultura distinta a nuestras costumbres, seremos vistos como extraños o extranjeros, esto es natural en cualquier parte del mundo. La discriminación racial también es una realidad en el mundo y si a eso le agregamos la ignorancia, el miedo y la falta de derechos, tendremos el caldo de cultivo para las peores calamidades. Es muy difícil luchar contra esta situación desde la ignorancia y la pasividad.

Te ganas un lugar en este país, aprehendiendo lo mejor de su cultura y aportando lo mejor de la tuya. Esto se hace conociendo y respetando las normas, leyes, valores y costumbres del lugar; aprendiendo su idioma; contribuyendo con tu trabajo y esfuerzo a su desarrollo y crecimiento, sin convertirte en una carga o un problema. Estando dispuestos a dar lo mejor de ti y abriéndote a recibir lo mejor que el país te ofrece: trabajo, servicios, educación, oportunidades de desarrollo y crecimiento.

· SUFRIMIENTO

La pobreza extrema y la falta de oportunidades nos lleva a tomar medidas extremas para sobrevivir. Muchos incluso están dispuestos a arriesgar la vida para tener una vida mejor pasando como indocumentados. Viven en constante temor de ser deportados, lo cual los lleva a esconderse constantemente y perder oportunidades. Siendo extranjeros e indocumentados somos objetivamente vulnerables: a la migra, a las leyes, a la mala voluntad de los demás, y ello agudiza nuestra inseguridad, miedo y baja autoestima.

Millares de latinos deben enfrentar la segregación y discriminación que produce un gran dolor y aislamiento. Además de cargar con el dolor de la separación de sus familias, lo cual produce una grave desintegración familiar. Todo esto produce angustia, soledad, culpa, vicios y violencia, evasiones y sin embargo la pobreza continúa. Somos menos pobres que en nuestros países, pero seguimos siendo los más pobres en éste y dada nuestra condición migratoria y nuestra poca preparación escolar, nuestras capacidades no se desarrollarán por falta de oportunidades aún viviendo en el país de las supuestas oportunidades.

ELEVA TUS ASPIRACIONES

Tu trabajo honesto, eficiente y responsable es una forma de integrarte positivamente y ganarte un lugar en este país, sin embargo, si no estas mejor preparado, limitas tu integración y desarrollo. Sin acceder a la educación, los latinos pueden permanecer siendo la clase baja, los obreros, los peones, los mal pagados, los fácilmente reemplazables, pagando grandes costos de sufrimiento para comer y sobrevivir. Porque cuando decides vivir en la mera sobre-vivencia, sellas tu destino de subdesarrollo, aunque vivas en el país más desarrollado económicamente.

Necesitamos romper con nuestras creencias limitantes acerca de nosotros mismos y de la educación, aprendidas por tradición: soy tonto, la escuela no sirve, es para los ricos, no es para las mujeres, no es necesaria, yo sé más, no tengo tiempo, no puedo, no sirvo para la escuela, no sé inglés, etc.

Date cuenta, la comunidad latina en Estados Unidos no es solo una minoría en lucha por unos cuantos dólares, por unos cuantos derechos de sobrevivencia y comida. No, es una nueva cultura que puede sintetizar las virtudes de dos grandes civilizaciones. Las comunidades de inmigrantes en el mundo están sembrando las semillas de una gran transformación por venir. Están cambiando el rostro conocido del mundo, están obligando al mundo a abrirse e integrarse en una comunidad global, mundial.

Pero sin educación, lo hacen lentamente como los procesos de la humedad pagando costos muy altos de sufrimiento y discriminación. Así que si ya eres un instrumento de cambio para el mundo, sé también para tí mismo y benefíciate tu y tus hijos de la educación que te ofrece este país. Con ella tu aportación puede ser muy trascendente.




El propósito de tu propia vida



“Quien tiene algo por qué vivir,

es capaz de soportar cualquier como”

Nietzche



Nunca antes en la historia de la humanidad, los seres humanos habíamos disfrutado de tanta libertad de acción y decisión como en esta época. El reconocimiento de este poder nos permite la posibilidad de decidir el rumbo, el sentido, la actitud y los valores con que viviremos. Pero esta libertad tiene su contraparte: asumir la responsabilidad de nuestra propia vida y de nuestros actos.

Antiguamente el ser humano guiaba su vida a través de las arraigadas tradiciones culturales de su civilización y por imposición del estado o gobierno. Actualmente, la humanidad enfrenta el desafío de su propia libertad; debemos decidir por nosotros mismos cuáles propósitos guiarán nuestra existencia. A los animales les guía el instinto, a las personas sus propias decisiones.

IMPORTANCIA DEL PROPÓSITO

La vida y la libertad humana son dones divinos que nos han sido otorgados para lograr algo superior y ese propósito está inscrito en nuestra propia alma. Por eso es una aspiración profundamente humana el anhelo de tener una vida significativa; más allá de la mera sobre-vivencia.

- Hace tiempo se realizó en Francia y en Viena una encuesta. Los resultados demostraron que el 60% de la población reconocía que el hombre necesita “algo” por qué vivir. El 61% admitía que había algo, o alguien, en sus vidas por cuya causa estaban dispuestos incluso a morir.

Por ello la tarea fundamental de la vida personal es descubrir (no inventar) y experimentar el sentido de nuestra propia vida que da propósito y dirección a nuestra existencia. Y nuestra libertad nos permite ser lo que en el alma ya se es. De otra manera como dice el poeta Machado: “el hombre abrirá el frío aposento de su vida, y encontrará desierta cama, y turbio espejo y corazón vacío”.

  • DETERIORO

La frustración del anhelo de hacer de nuestra vida algo verdaderamente significativo, nos deja en un gran vacío. Al no tener dirección nuestra propia vida, caemos presa de todos los vientos, sufriendo un gran daño. Nuestra conciencia y potencial más elevado se adormecen; y nuestro cuerpo y mente enferman, nuestra fuerza moral se debilita hasta el grado de desear morir.

- Carl Jung, uno de los más grandes psiquiatras de nuestro tiempo, sostuvo que después de los 35 años de edad, toda crisis emocional es una crisis espiritual o una crisis de significado.

- Viktor Frankl afirmó que la neurosis no es más que la búsqueda desesperada de dar sentido a la propia vida, al sufrimiento. Que al perder el sentido de la vida se establece la angustia existencial, una sensación de vacío y falta de significado.

- De acuerdo a una investigación, el factor de mayor predicción de ataques cardiacos no es el nivel de colesterol, o la falta de ejercicio o una presión arterial alta. No, es la mañana de los lunes. La mayoría de los ataques cardiacos se presentan el lunes entre las 8 y las 9 horas.

Los investigadores consideraron que se debe a que enfrentamos una semana de trabajo que no tiene mucho sentido para nosotros, que no disfrutamos, o que sentimos que no impulsa nuestro desarrollo.

- Cuando la compañía Boeing estudió la incidencia de dolores de espalda entre 31,200 empleados en Seattle, resultó que el mejor factor de predicción de dolor en las espalda baja era la insatisfacción con el empleo.

- Se sabe que lo que a la gente más le importa no son sueldos más elevados o mayores beneficios; más bien, su preocupación más profunda es la falta de significado y de propósito que experimenta en su trabajo.

Por estas razones, la motivación, o el impulso más poderoso para enfrentar la vida e incluso el sufrimiento, surge cuando el hombre descubre el sentido de su propia vida. El ser humano está dispuesto incluso a sobreponerse al sufrimiento, a condición que éste tenga algún sentido. Entonces nos conectamos con nuestro poder personal, con la fuente interna de sabiduría y alegría.

Descubrir el sentido de nuestras vidas, es fundamental para recorrer el camino de la autorrealización y la plenitud.

  • ¿QUÉ LE OTORGA SENTIDO A LA EXISTENCIA?

En cualquier momento de nuestras vidas podemos

enfrentar una situación externa excepcionalmente difícil e incluso trágica; vernos ante la existencia desnuda, despojados de todo aquello en qué apoyábamos nuestra vida y felicidad, pero que no es eterno. Esto nos hará buscar un punto de apoyo para superar el dolor.

¿A qué acudirás en ese momento? Mientras más dura sea la experiencia, más necesidad tendrás de dar un sentido o significado espiritual a la experiencia para poder superarla o asimilarla y no evadirte en vicios, recriminaciones o autodestrucción.

Seguramente tu como inmigrante has vivido experiencias de pérdidas muy doloras, dificultades difíciles de superar. Pero cuando tienes un propósito elevado, encuentras la fortaleza interior para seguir adelante. Puede ser el amor a tus hijos, a tus padres, la fe en Dios o tus valores y

convicciones más profundos o tus metas futuras.

Víctor Frankl, psiquiatra muy reconocido quien estuvo preso en los campos de concentración nazi de la Segunda Guerra Mundial, afirmó que el contar con una dimensión divina y religiosa de lo humano, les permitió a algunos prisioneros vivir con dignidad,

sobrevivir a sus propias tragedias y darle

sentido a su sufrimiento, entrando a las cámaras de gas con el “Padre Nuestro” en los labios o el “Shema Yirsael”

Afirmó que es en su dimensión espiritual en donde el hombre encuentra el sentido de la existencia: “Es esta libertad espiritual que no se nos puede arrebatar, lo que hace que la vida tenga sentido y propósito”. Afirmó que fueron los hombres con una vida espiritual los que mejor sobrevivieron a los campos, no los más fuertes físicamente.

  • IMPORTANCIA DE LA RESPONSABILIDAD

Frankl dió enorme importancia a asumir la responsabilidad de la propia vida y al cumplimiento de nuestros deberes más elevados como clave de la curación psicológica y el antídoto contra el vacío existencial.

De hecho sugería que en Estados Unidos, la estatua de la Libertad, situada en la costa este, se complementara con la estatua de la Responsabilidad en la costa oeste.

  • VALORES HUMANOS QUE DAN SIGNIFICADO A LA VIDA

Estos valores nos permiten enfrentan el desafío de la triada trágica: la culpa, el sufrimiento y la muerte.

1. De creación, (lo que aporto, lo que doy

de mi al mundo, por ejemplo el trabajo.

2. Valores de experiencia: lo que recibo del

mundo.

3. Valores de actitud: es mi acción. Afirmó que la última de las libertades, la más esencial, la que no se pierde jamás, está implícita en la actitud. Es la libertad para decidir con que actitud quiero enfrentar aquello que no puedo evitar.

Ante la culpa la salida es el perdón y la reparación del daño con responsabilidad. Ante el sufrimiento el camino es transformarlo en servicio con esperanza a los demás, esto nos permite ir más allá del propio dolor. Frente a la muerte el camino es verla como acicate para vivir el presente de manera plena y fructífera, descubriendo el sentido de la vida misma y nuestra misión dentro de ella.

“¿Qué es en realidad el hombre? Es el ser que siempre decide lo que es. Es el ser que ha inventado las cámaras de gas, pero asimismo es el ser que ha entrado en ellas con paso firme musitando una oración”.

Víctor Frankl.